sábado, 8 de enero de 2011

Kuan-Yin Reiki IV

MEDICINA PARA CADA PLANO DEL SER

Actualmente la ciencia está presentando diversos modelos de realidad que convergen con los descubrimientos de antiguas tradiciones espirituales. En el campo de la medicina y la biología está sucediendo lo mismo, y ya hemos atravesado varias formulaciones muy interesantes, como la de la medicina energética (cuyos ejemplos los tenemos en la acupuntura o en la homeopatía), o la de la terapéutica vibracional (como en los remedios florales de Bach o la cromoterapia). Estas modalidades de medicina se corresponden a la enseñanza tradicional sobre los cuerpos sutiles (etérico, energético) del ser humano. Así mismo, la psicología y la psiquiatría son medicinas que intervienen en el cuerpo mental/emocional de la persona. Aquí solamente apuntar que una concepción holística e integradora de la salud no permite mantener separadas esas areas para disciplinas aparte, puesto que en el ser humano hay una interacción e interdependencia entre todos los planos de su ser y lo que le rodea.
Para avanzar un paso más en la formulación científica de una medicina global, hay que definir un nuevo paradigma, en consonancia con el cuerpo causal de la persona. Este cuerpo es el receptáculo de las memorias de las vidas anteriores y el semillero de los karmas positivos y negativos acumulados por medio de las acciones de cuerpo, palabra y mente. No puede haber verdadera curación si no se tratan las causas finales de la enfermedad, que no son meramente físicas, energéticas, emocionales ni mentales. Finalmente es en el nivel de la memoria espiritual del individuo donde hay que ir a buscar los orígenes de sus experiencias.
Este nuevo paradigma es la medicina causal o kármica, y el modelo científico más cercano de los que se han planteado en nuestro tiempo es el de los campos de resonancia mórfica, postulado por el biólogo británico Rupert Sheldrake. Su aportación viene a ser una lectura científica de algunos aspectos de la ley del karma.



CAMPOS DE CONCIENCIA

En breve, lo que hay que entender es que en el universo todo está organizado por campos de información, cuya expresión inmediatamente inferior es vibración/energía y finalmente la vida y la materia. La dinámica de la información es el sustrato de la realidad. Y no hay información sin consciencia, luminosidad, percatación de esa información. Lo que significa que todo está vivo porque todo es objeto de un sujeto perceptor. Y ambos, consciencia e información dinámica, son inseparables del espacio, lo ilimitado, el inefable campo global, la vacuidad.
Estos son los tres parámetros de la naturaleza de la realidad y del espíritu que encontramos en la tradición Vajrayana: vacuidad (espacio),luminosidad (consciencia, claridad) y manifestación dinámica (información/energía/materia). En el Vedanta de Sri Nisargadatta corresponden aParamakash (lo absoluto), Chidakash (el principio de conciencia Yo Soy) y Mahadakash (lo manifiesto).
La medicina causal o kármica, por tanto, será la que nos permita ser conscientes de los patrones de información registrados en las esferas suprasutiles de la realidad y de nuestro propio ser, y transformar esos registros o grabaciones: el karma. Sri Aurobindo y La Madre practicaron esta medicina en sí mismos, en lo que llamaron Yoga Supramental, liberando los límites conceptuales sostenidos por el espíritu o conciencia de las células, las moléculas y las partículas elementales de la materia. En "La Agenda" de La Madre, ella relata interminables experiencias de curación de enfermedades terminales, al entregar a lo Divino la conciencia espiritual de su organismo mismo.
La conciencia fluye en múltiples dimensionesSe puede decir que todo cuanto se experimenta o se manifiesta es un estado de la Luz o la consciencia, ya que hay una relación proporcional entre claridad (o luminosidad espiritual) y la forma que aparece ante esa Luz. La iluminación absoluta implica un radio ilimitado de consciencia sobre la manifestación: la omnisciencia. La falta de percatación propone al sujeto campos parciales de información, es decir, una realidad subjetiva limitada.
Todos los seres interactuamos en el campo global de consciencia, dividiéndolo incesantemente y de manera cambiante, dando lugar a las creaciones intersubjetivas que llamamos la realidad y que compartimos en distintos grados. Esta realidad consensuada o privada es el juego de la luz y la sombra, el movimiento del nivel de consciencia de los seres dentro de infinito disponible, el sueño del absoluto, Maya, la ilusión.
Así llegamos a la comprensión de que todo es Luz, y nuestra existencia aparente es su manifestación dinámica, de acuerdo a la extensión que damos a esa Luz: nuestra consciencia.
Este es el principio de la realidad, y su aplicación operativa es ser conscientes, más allá de los límites impuestos por los propios patrones kármicos (espaciotiempo, materia, energía) de esas mismas formulaciones informáticas, las estructuras mórficas en que nos movemos y que nosotros mismos realimentamos.



EL SIMBOLO, LLAVE CAUSAL

Todo el sistema simbólico de las distintas mitologías y tradiciones espirituales es un recurso para lanzar la consciencia al plano causal y modificar sus estructuras. La tradición tibetana es rica en mandalas y otros símbolos, cuya funcionalidad es la de establecer a la consciencia en el campo global de información (la iluminación), no solamente producir un cambio local dentro de la naturaleza de la Luz o de la manifestación. No obstante, estas transformaciones parciales también se promueven muchas veces, con el empleo de métodos específicos.
La totalidad de la magia es simplemente la sistematización de la ley de correspondencias o interacciones entre los distintos campos de información que existen.Buda en meditacion, liberando la conciencia El Tantrismo es por tanto una psicología de la consciencia y una metodología mágica completa.
El Reiki puede entenderse perfectamente como una sección del Tantra, tratando de sanación desde esta perspectiva causal. La meditación, como uso y expansión de la consciencia, es la terapia kármica esencial, ya que libera de los patrones inconscientes de información que dominan a la persona.
Dentro del Budismo Vajrayana existen muchas meditaciones que operan en la Luz de la realidad, la estructura supersutil (u orden implícito) de toda manifestación, la consciencia misma. En ellas se invocan los arquetipos esenciales del espíritu iluminado o absoluto, que no son sino centros alternativos de experiencia de la totalidad, y como tales centros, proponedores de distintas formulaciones del cosmos, siempre sanas y coherentes porque comportan la vasta extensión del todo desde ese nodo central.
Todo en el camino del Buda es una llamada a la totalidad para armonizar la experiencia del ser. El mismo pensamiento altruista de trabajar por el bienestar de todos los seres, la boddhichitta, organiza la realidad de uno mismo hacia la coherencia con la realidad unitaria o no dual.
Las prácticas del Buda de la Medicina, de Tara o de Dorje Sempa, son algunos ejemplos de métodos de realización en el plano causal o kármico de la persona. La purificación del karma es consistente con la liberación de la Luz o la apertura de la consciencia. La naturaleza original o potencial del ser es la vida en la Luz sin condicionamientos. El reconocimiento de la Luz o la consciencia misma significa disponer de su motilidad o dinamismo, la libertad, en lugar de estar sometidos a sus creaciones o productos inconscientes.



REQUISITOS DE SANACION KARMICA 
DEL PRACTICANTE

El Reiki es un sistema de sanación causal en la medida en que permite alinear o armonizar el cuerpo suprasutil o informático de la persona, la estructura de sus karmas, con los campos superiores de información espiritual de la mente iluminada. Los símbolos Reiki tienen esa misión, producir la transformación de las estructuras kámicas individuales que a su vez repercutirán en los estados emocionales, mentales, energéticos y físicos de la persona. Para que ello pueda llevarse a cabo con éxito, el sanador Reiki deberá él mismo acoplarse conscientemente a los campos de Luz que canaliza para el receptor. Esta es la misión de las ordenaciones o iniciaciones, facilitar la conexión del sanador, de manera estable, con amplios campos de claridad espiritual.
Esto no se consigue sin un trabajo de maduración y estabilización, subsiguiente a la recepción de las ordenaciones, que son el principio de esa conexión o su poderosa semilla. El sanador Reiki está llamado, él mismo, a un profundo proceso de purificación y sanación causal para llegar a merecer perfectamente la acreditación que ha obtenido al inicio de su formación, como servidorportador heredero de un verdadero linaje espiritual.

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