martes, 6 de julio de 2010

La inteligencia, un don de la naturaleza (Osho)

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La inteligencia es una cualidad natural de la vida. Así como el fuego es candente, el aire es invisible y el agua fluye hacia abajo, así la vida es inteligente.
La inteligencia no es una hazaña. Naces inteligente. Los árboles son inteligentes a su manera, tienen suficiente inteligencia para su propia vida. Los pájaros son inteligentes, también los otros animales. De hecho, lo que las religiones denotan al decir «Dios» es solo esto: que el universo es inteligente, que hay inteligencia oculta en todas partes. Y si tienes ojos, puedes verla. La vida es inteligencia.
Solo el hombre se ha vuelto falto de inteligencia. El hombre ha dañado el flujo natural de la vida. Excepto en el hombre, no hay falta de inteligencia. ¿Has visto alguna vez un pájaro al que puedas llamar estúpido? ¿Has visto alguna vez un animal al que puedas llamar idiota? No, esas cosas solo le pasan al hombre. Algo ha ido mal. La inteligencia del hombre ha sido dañada, corrompida, ha sido mutilada.
La meditación no es otra cosa que deshacer ese daño. La meditación no será necesaria en absoluto si se deja en paz al hombre. Si el sacerdote y el político no interfieren con la inteligencia del hombre, no habrá necesidad de meditación. La meditación es medicinal: primero hay que crear la enfermedad, entonces será necesaria la meditación. Si no hay enfermedad, la meditación no es necesaria. No es accidental que las palabras medicina y meditación provengan de la misma raíz.
Todo niño nace inteligente, pero desde el momento del nacimiento nos abalanzamos sobre él y empezamos a destruir su inteligencia, porque la inteligencia es peligrosa para la estructura política, para la estructura social, para la estructura religiosa. Es peligrosa para el Papa, es peligrosa para el sacerdote, es peligrosa para el líder. Es peligrosa para el statu quo, para la clase dirigente. La inteligencia es naturalmente rebelde. A la inteligencia no se la puede forzar a ninguna subordinación. La inteligencia es muy categórica, individual. A la inteligencia no se la puede forzar a ninguna imitación mecánica…..
….Si eres inteligente, resolverás tus problemas tú mismo. La inteligencia es suficiente para resolver todos los problemas. De hecho, no importa qué problemas surjan en la vida: tú tienes más inteligencia que esos problemas. Es una provisión, un regalo de la naturaleza…
… La avaricia forma parte de la falta de inteligencia. Acumulas para mañana porque no tienes confianza en que mañana serás capaz de afrontar la vida; de lo contrario, ¿para qué acumular? Te vuelves tacaño, te vuelves avaricioso, porque no sabes si mañana tu inteligencia será capaz de hacer frente a la vida o no. ¿Quién sabe? No tienes confianza en tu inteligencia, así que acumulas, te vuelves avaro. Una persona inteligente no tiene miedo, no es avariciosa.
La avaricia y el miedo van juntos; por eso, el cielo y el infierno van juntos. El infierno es el miedo, el cielo es la avaricia. Crea miedo en la gente y crea avaricia en la gente: hazlos tan avariciosos como sea posible. Hazlos tan avariciosos que la vida no pueda satisfacerlos; entonces acudirán al sacerdote y al líder. Empezarán a fantasear acerca de alguna vida futura en la que sus deseos tontos y sus fantasías estúpidas se cumplirán. Obsérvalo: pedir lo imposible es estar falto de inteligencia.
Una persona inteligente está satisfecha con lo posible. Se esfuerza por lo probable; nunca se esfuerza por lo imposible y lo improbable. Contempla la vida y sus limitaciones. No es perfeccionista. Un perfeccionista es un neurótico. Si eres perfeccionista te volverás neurótico.
Por ejemplo, si amas a una mujer y le pides fidelidad absoluta, te volverás loco y ella se volverá loca. Eso es imposible. Fidelidad absoluta significa que ella ni siquiera pensará, ni siquiera soñará con otro hombre: esto no es posible. ¿Quién eres tú? ¿Por qué se ha enamorado de ti? Porque eres un hombre. Si puede enamorarse de ti, ¿por qué no va a pensar en otros? Esa posibilidad permanece abierta. ¿Y cómo va a arreglárselas si ve pasar a alguien guapo y surge en ella el deseo? Incluso decir «Este hombre es guapo» es desear: ha entrado el deseo. Solo dices que algo es bello cuando sientes que es digno de ser poseído, de ser disfrutado. No eres indiferente.
Pero si pides fidelidad absoluta habrá conflicto y siempre desconfiarás. Serás siempre desconfiado porque también conoces tu mente: tú piensas en otras mujeres, de modo que ¿cómo vas a confiar en que tu mujer no esté pensando en otros hombres? Sabes que tú estás pensando, de manera que sabes que ella está pensando en las mismas cosas. Entonces surge la desconfianza, el conflicto, la agonía. El amor que era posible se ha vuelto imposible debido a un deseo imposible….
……Nace un niño; un niño es un fenómeno muy, muy abierto, extremadamente inteligente. Pero nos abalanzamos sobre él, empezamos a destruir su inteligencia. Empezamos a crear miedo en él. Lo llamáis enseñanza, lo llamáis hacerle capaz para afrontar la vida. Él no tiene miedo, y creáis miedo en él.
Y vuestras escuelas, colegios, universidades… todo ello le hace cada vez menos inteligente. Le exigen tonterías. Le exigen que memorice tonterías, cosas en las que el niño y su inteligencia natural no puede ver ningún sentido. ¿Para qué? Ese niño no puede ver el sentido de ello. ¿Para qué abarrotar tu cabeza de estas cosas? Pero la universidad dice, el colegio dice, la casa, la familia, las personas con buenas intenciones dicen: «¡Abarrótate! Ahora no lo sabes, pero más adelante sabrás por qué es necesario».
Abarrótate de historia, de todas las tonterías que la gente le ha estado haciendo a otra gente, toda la locura… ¡estúdialo! Y el niño no le ve el sentido. Qué importa cuándo reinó cierto rey, de qué fecha a qué fecha… Tiene que aprender de memoria esas estupideces. Naturalmente, su inteligencia va quedando cada vez más agobiada, inhabilitada. Se va acumulando cada vez más polvo sobre su inteligencia. Para cuando una persona vuelve de la universidad, ya no es inteligente: la universidad ha hecho su trabajo. Es muy excepcional que alguien pueda graduarse en la universidad y seguir siendo inteligente. Poquísimas personas han sido capaces de escapar de la universidad, de evitarla, de pasar por la universidad y, sin embargo, conservar su inteligencia… muy excepcionalmente. Es un mecanismo tan enorme para destruirte.
En el momento que te conviertes en una persona instruida, has dejado de ser inteligente.
¿Puedes verlo? La persona instruida se comporta de una manera muy poco inteligente. Vete a ver a
la gente primitiva que nunca ha tenido estudios y encontrarás una inteligencia pura en funcionamiento.
He oído que…
Una mujer estaba intentando abrir una lata, y no podía llegar a entender cómo hacerlo. Así es que fue a mirar en el libro de cocina. Para cuando miró en el libro, el cocinero ya la había abierto. Ella volvió y se quedó sorprendida. Le preguntó:
—¿Cómo lo has hecho?
—¡Señora, cuando no sabes leer, tienes que usar tu inteligencia! —respondió el cocinero.
Sí, eso es correcto. Cuando no sabes leer tienes que usar tu inteligencia. ¿Qué otra cosa puedes hacer? En cuanto empiezas a leer —cuando te vuelves competente en esas cosas peligrosas— no necesitas ser inteligente, los libros se ocuparán.
….Vete a ver a la gente primitiva, la gente sin estudio
s, los aldeanos, y encontrarás una inteligencia sutil. Sí, no están muy informados, eso es verdad. No tienen conocimientos, eso es verdad; pero son tremendamente inteligentes. Su inteligencia es como una llama sin humo.
La sociedad ha hecho algo erróneo con el ser humano debido a ciertas razones: quiere que seáis esclavos, quiere que siempre tengáis miedo. Quiere que seáis siempre avariciosos, quiere que seáis siempre ambiciosos, quiere que seáis siempre competitivos. Quiere que no seáis cariñosos, quiere que estéis llenos de ira y odio. Quiere que permanezcáis débiles, imitadores, réplicas exactas. No quiere que os volváis originales, únicos y rebeldes, no. Por eso hay que destruir vuestra inteligencia.
La meditación solo es necesaria para deshacer lo que ha hecho la sociedad. La meditación es negativa: simplemente anula el daño, destruye la enfermedad. Y una vez que la enfermedad se ha ido, tu bienestar se impone por sí mismo.
En el último siglo se ha ido demasiado lejos: la educación universal ha sido una calamidad. Y recuerda que no estoy en contra de la educación, estoy en contra de esta educación. Existe la posibilidad de un tipo diferente de educación que será beneficiosa para aguzar tu inteligencia, no para destruirla; que no la sobrecargará con hechos innecesarios, que no la sobrecargará con conocimientos innecesarios, que no la sobrecargará en absoluto, sino que la ayudará a volverse más radiante, fresca, joven.
Esta educación solo te vuelve capaz de memorizar. Esa otra educación te volverá capaz de más claridad. Esta educación destruye tu inventiva. Esa otra educación te ayudará a volverte más inventivo.
Por ejemplo, la educación que yo quisiera en el mundo no requerirá que un niño responda en la vieja manera estereotipada. No estimulará la repetición, el ser como loros. Estimulará la inventiva. Incluso si la respuesta inventada no es tan correcta como lo pueda ser la respuesta copiada, aun así, valorará al niño que ha aportado una nueva respuesta a un viejo problema. Si está tratando de crear algo nuevo, naturalmente tiene sus limitaciones, pero se debería valorar simplemente su esfuerzo por tratar de crear algo nuevo, se debería alabar.
Del Libro: INTELIGENCIA: LA RESPUESTA CREATIVA AL AHORA

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