Abrazos
Alejandra
22 de junio
"Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, el hermano de Jacobo, y los llevó aparte, a una montaña alta." Mateo 17:1 (NVI)
Sin lugar a dudas, Jesucristo fue en la tierra el perfecto ejemplo de santidad. Jamás pecó ni hubo engaño en su boca. Nunca en su pensamiento se cruzó un concepto negativo o pecaminoso. Fue, es y será siempre la perfección absoluta. Siempre escuché hablar de la universalidad del amor de Cristo, y esto es incuestionable. Por eso llama tanto la atención la selectiva confidencialidad del maestro.
En el monte de la transfiguració
En la intimidad del monte de la transfiguració
Se podría objetar la actitud diciendo que Jesucristo discriminaba al resto de sus discípulos, o que tenía preferencias por algunos. Pero el Ser más perfecto de la eternidad, no hace diferencias de personas. Sin embargo, eligió en ciertas oportunidades con quien juntarse.
Es necesario aprender del gran Maestro. No es posible ser amigos de todos. No se puede salvar a todos. No se puede socorrer a todos. Sin discriminar o despreciar a nadie, Cristo nos enseña que no se puede tener intimidad con todos. Hubo cientos de muertos cuando Jesucristo estuvo en Palestina, pero solo resucitó a tres. Hubo miles de leprosos, pero solo sanó a algunos. Hubo miles de hambrientos, pero solo alimentó a 5.000. Si Él que era, es y será el Dueño de todo, limitó su accionar, seleccionando a quien destinar sus esfuerzos, sería muy bueno que aprendamos la lección para no cometer el error de querer hacer más de lo que podemos.
REFLEXIÓN - El que mucho abarca, poco aprieta.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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Hermosa reflexión Ale
ResponderEliminarGracias amiga..Besitos